lunes, 21 de febrero de 2011

Puente roto

 Muchos somos los que tenemos el deseo de dejar este mundo un poco mejor de como lo encontramos.Por eso trabajamos y  pensamos muchas veces sin tener en cuenta nuestro propio beneficio desarrollando ideas y proyectos se nos pasa la existencia.Pero en el momento que nuestros esfuerzos  nos parecen un precio demasiado grande. Aparecen esos héroes anónimos  como los mártires del pueblo de Egipto los cuales son una luz de justicia la cual no se merece nuestro olvido. Siempre es difícil en la distancia comprender porque un pueblo hoy en día donde dicen que han muerto las utopías se empecina en plasmar una luz de esperanza. En estos momentos debemos los habitantes del mundo tener los ojos abiertos para que los operativos de la prensa internacional no saboteen nuestras frágiles mentes y terminemos justificando una intervención de los países europeos y Estados Unidos en medio oriente.

Metapolítica: China quiere desinflar el globo para que no se pinche.



Cuando se ve la relación que hay entre el estado, los capitales financieros y los capitales industriales, es factible deducir la conformación estructural de los países desarrollados y ricos. Donde sus capacidades financieras y técnicas son afianzadas por las políticas internas y externas de esos países desarrollados. En desmedro de los países, llamados, emergente los cuales tienen una economía más frágil. Aquellos que no se dieron cuenta de lo que quiero decir es posible que sean  pobres en un país emergente gobernado por una clase de dirigente la cual aplica las recetas económicas del fondo monetario internacional.

La deuda externa posee una doble condición. Primero, es una expresión necesaria de la acumulación a escala mundial, un proceso que genera y profundiza las asimetrías geográficas.  Segundo, es también un instrumento para subordinar las políticas de los países periféricos a los intereses del gran capital multinacional al construir subsidios o endeudamientos  los cuales permiten  perpetuar la transferencia de recursos de la periferia al centro afianzando el desarrollo asimétrico de la economía mundial.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) surge, al igual que el Banco Mundial (BM), de la Conferencia de Bretton Woods (1944), que trata de sentar las bases del nuevo orden monetario que habrá de imperar finalizada la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos y Gran Bretaña impulsan las negociaciones para acordar dicho orden presentando sendas propuestas que, en definitiva, dejan traslucir la competencia intercapitalista entre dos potencias hegemónicas: una en declive desde comienzos de siglo y otra en un ascenso al que la guerra había proporcionado el espaldarazo definitivo. Hoy el contexto internacional es similar pero los países son Estados Unidos y China.